El próximo año la democracia en el mundo estará a prueba y paralelamente se definirán las ideologías políticas y económicas que se establecerán en las distintas regiones del mundo.

 Casi la mitad de la población mundial estará en elección en el 2024, buscando que a través de su voto obtengan inminentes mejoras en su entorno, que sus ideales sean defendidos, y sin lugar a dudas, poder aspirar a una mejor condición económica social para su familia. Por el número de votantes India sobresale con mil millones de votantes aproximadamente.Sin embargo, no necesariamente desde la óptica de la política y el poder, lo anterior sea la prioridad de la agenda global. Cuando existen temas de trascendencia internacional tales como: el dominio del orden mundial, la guerra comercial con su nueva geolocalización, la venta de armamento, la agenda medioambientalista, la lucha por la generación de energía, de la lucha por los microprocesadores, combate a la pobreza y en general la escasez de recursos (como es el preocupante caso del agua), entre otras agendas, unas más ocultas. Las prioridades de cada país serán decididas por los que logren tener el dominio en dichas elecciones, principalmente en los países dominantes. Las grandes potencias como Estados Unidos y Rusia decantarán a través de sus resultados y las personas elegidas, el rumbo económico y de la política internacional, esto conlleva muchas implicaciones. Estas dos naciones, independientemente de la ideología y persona ganadora en las urnas, no presentan un relevo generacional en la política, teniendo los nombres de Biden, Trump y Putín; queda claro que una modificación de ese derrotero no sucederá en aquellos países y con ello su efecto expansivo en el mundo. La lucha de la derecha y la izquierda, es tan difícil de clasificar debido que la realidad política de hoy es compleja y diversa, se seguirá observando desde los distintos ángulos y perspectivas. Sin entrar en mayor profundidad: EUA y Rusia simbolizan a la derecha en una macrovista y la izquierda se ha patentado más en Latinoamérica, mientras que en Europa se podría englobar en una tendencia a dividirse entre centro izquierda y centro derecha, desde luego con sus excepciones. Latinoamérica dio algunos golpes de timón a la izquierda, como lo fue en Ecuador y el más reciente Argentina. Que tomando el caso de este último país y el de algunos casos europeos como Hungría e Italia, comienza a conquistar espacios con la expresión de extrema derecha, mientras del otro lado de la mesa, la extrema izquierda comienza a recargarse más hacia el centro izquierda. Cabe señalar que la transición en cuanto a la paridad de espacios entre mujeres y hombres como cabezas de los países está lejos de ser una realidad, podemos saber que según la ONU en este 2023 existen 20 mujeres que se desempeñan como presidentas o primeras ministras, y para el 2024, México sin lugar a dudas sumará una mujer más en esta lista y en el cambio de paradigma de genero asociado con esta posición política. Sin duda, en esta columna no pretendo hacer un tratado sobre el tema en cuestión, solo destacar que más allá de las agendas políticas del orden mundial, los relevos generacionales, la paridad y/o las posiciones de derecha e izquierda, en el 2024 más de la mitad del mundo decidirá un destino para su nación, en donde, el principal modelo de vida política que se estará debatiendo es entre las democracias liberales y las autocracias.  La tentación de debilitar los procesos e instituciones democráticas, más el deseo de reelección con tintes de totalitarismo que se observan en algunos países (bien representados por Ruisa y Venezuela) están poniendo un peso adicional a esta masiva toma de decisión del 2024. Particularmente recordar que estos modelos autocráticos de gobierno tienden a no tener mecanismos de rendición de cuentas y esquemas de participación ciudadana efectiva. Veamos que dice la mitad del mundo ante esta inminente amenaza a la vida democrática.