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Mano roja en el PAN

Estimadas y estimados lectores,

Esta semana comparto con ustedes mi opinión respecto a los recientes rumores que circulan. Se habla con fuerza sobre la posible creación de una alianza entre el PRI, el PAN y el PRD en Querétaro. Así es, dos partidos que fueron enemigos acérrimos en la historia de nuestro estado ahora «unen fuerzas» para enfrentar a un MORENA que aún no revela a sus posibles candidatos.

Querido lector, permítame comentarle que esta decisión no surge de las bases de los partidos. Sin embargo, puedo asegurarles, con conocimiento de causa, que perfiles panistas de pura cepa muestran su descontento ante esta alianza. Saben que no han necesitado de ningún partido político para ganar elecciones, y de concretarse esta unión, se verán obligados a ceder lugares de importancia a nivel local y federal. En otras palabras, el voto azul podría llevar al triunfo a perfiles priistas que, en años anteriores, denostaban al Partido Acción Nacional. Esto podría poner en riesgo un proyecto que se ha construido durante años, capitalizado en el 2015 de la mano de Francisco Domínguez en todo el estado de Querétaro.

Lo que puedo asegurarles es que estas decisiones no provienen de las bases partidistas, sino de alguien a quien podríamos llamar el asesor supremo del gobierno. Aunque carece del nombramiento oficial, confío en el intelecto de mis lectores, quienes seguramente saben a quién me refiero. No olvidemos que este gobernador ha dejado las finanzas del estado en condiciones precarias. La alianza a nivel local parece ser la mejor excusa para que perfiles priistas ocupen espacios importantes sin méritos previos.

En el caso de Acción Nacional, han iniciado la «operación cicatriz», una decisión acertada, pero ¿será suficiente y a tiempo? En mi opinión, no lo creo, ya que han pasado más de dos años desde la victoria de 2021, donde la soberbia les hizo pensar que los números no cambiarían para el 2024. Sin embargo, los que tenemos experiencia en política sabemos que el electorado puede cambiar su voto en cualquier momento. No culpo a la población; el excesivo costo de las placas, una obra prometida para diciembre que no se cumplirá y una feria ganadera mal planificada con costos elevados son razones que podrían motivar un voto de castigo.

En los próximos días veremos cómo los partidos integrantes de la «alianza» distribuirán las candidaturas en los 18 municipios, distritos locales y federales. Ahí observaremos la importancia que asignarán a ganar posiciones, simplemente conociendo a los perfiles designados. Lo que puedo asegurarles, estimados lectores, es que un libro titulado «Cómo vamos a ganar el 24» no es la clave para refrendar la confianza de los ciudadanos.

Soy José Luis Aguilera Rico, y nos leemos en la próxima entrega. ¡Hasta luego!

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