Impacto de las Elecciones en la Estructura Político-Gubernamental: Una Espiral de Cambios y Consecuencias

Impacto de las Elecciones en la Estructura Político-Gubernamental: Una Espiral de Cambios y Consecuencias

¿Alguna vez se han preguntado porque razón una elección trae consecuencias en toda la estructura político-gubernamental de un Estado?

Si nos damos cuenta, cada que hay elecciones para cualquier cargo local o federal, hay una espiral de cambios en las oficinas de gobierno. Los cambios más lógicos son aquellos que dejarán bacantes quienes buscan una candidatura, esos cargos son importantes porque se tratan generalmente de puestos de primer nivel. De gabinete legal o ampliado (no se si municipalmente también se le llame así), direcciones y algunas coordinaciones. Los primeros y más visibles movimientos es de quienes suplen esas vacantes y así, se da una “escalerita” de ascensos de pagos de favores políticos, de premios al esfuerzo, etc. 

Pero que sucede cuando la elección ya fue. Cuando se ganaron o perdieron elecciones (el efecto se da más en la segunda opción) y hay que reestructurar el aparato gubernamental.

Cando se gana una elección es muy probable que quien la haya ganado, se lleve a su equipo a su nueva oficina y empiece a dejar bacantes en la vieja, lo que permite la llegada de nueva sangre con su propio equipo. En algunas ocasiones es el mismo a quien se le da la potestad de decidir quien se va y quien se queda (incluso en su vieja oficina); pero cuando pierden esa elección, la cosa se pone seria. Quien no ganó es muy probable que sea premiado con un puesto de medio pelo, que le permita cobrar sin desaparecer del ojo público, pero su equipo, ese si es un sacrificio digno de épocas mayas.

Sin miramientos ni temores, todas las cabezas identificadas con el perdedor, comienzan a ser cortadas. Incluso de aquellas personas que nada tuvieron que ver en el proceso electoral. Básicamente el único que se salva, es el excandidato. Se van los compromisos del primer trienio y llegan los compromisos del segundo trienio. 

El chiste es que el derramamiento de sangre burocrática es tal, que los ciudadanos, electores, sociedad no políticamente activa, resienten los retrasos de sus trámites, la pérdida de información, las tardanzas en pagos y un sinfín de inconvenientes que merman su paciencia y su cartera.

Lamentablemente es algo que no puede ser cambiado, es la ley de la selva. Es probablemente un “secreto a voces”, pero que si pega y fuerte en la burocracia y que resienten más quienes votan. Por eso están “hasta la madre”.