En días recientes la Secretaría de Infraestructura y Comunicaciones y Transportes, junto con la Agencia Federal de Aviación Civil determinaron -por órdenes del Ejecutivo Federal- reducir las operaciones diarias de 52 a 43. La razón, mencionada por el propio presidente, fue la saturación del AICM y que “también había algo de protección civil” “además no habían cumplido yéndose al Aeropuerto Felipe Ángeles”.
En 2022 ya se habían reducido las operaciones del AICM de 61 por hora a 52 por hora.
Sin embargo, al día siguiente de la medida, la Presidenta de la Cámara Nacional del Aerotransporte dijo en entrevista por noticiario nacional que “el espacio aéreo no está saturado, lo que está saturado es el aeropuerto. El espacio aéreo de la CDMX puede bien con 61 vuelos diarios”.
El número de vuelos de ida y llegada diarios del AICM es de un volumen de 1,100 aproximadamente.
El número de vuelos del AIFA en promedio, en junio fue de 33.
Las aerolíneas comerciales previenen sobre un gran volumen de cancelaciones debido a que ya hay muchos vuelos pagados con anticipación, aunque la medida aplicaría a partir del 29 de octubre.
Por supuesto, que menores vuelos significarán menor rentabilidad a aerolíneas, que buscarán incrementar tarifas de vuelos.
Es previsible también que las aerolíneas y gobiernos extranjeros no recibirán el tema con agrado ante las nuevas condiciones. Hay que esperar reacciones. Especialmente si el espacio aéreo no es el que está saturado; lo que se entiende como “no hay razón económica ni técnica”.
Si el aeropuerto (edificios, salas, oficinas, talleres, etc.) está saturado, es finalmente responsabilidad del concesionario; que es el propio gobierno. Es una externalidad generada por el propio concesionario y que le está pasando el costo de la factura a las aerolíneas y a los usuarios.
Parece una forma cómoda de resolver un problema con otro. Sacando gente “por decreto” de un aeropuerto a otro para no evidenciar negligencia. Un aeropuerto con 30 vuelos diarios es claramente un gran elefante blanco.
Además, hay algo muy importante que es preciso entender: las aerolíneas son empresas que en todo el mundo operan con pérdidas. Es algo normal. Sus gobiernos las apoyan para que sigan funcionando porque cumplen una función social sumamente importante. No son el enemigo y tampoco existe aerolinea pública exitosa en el mundo, por aquello de querer revivir a MEXICANA.